Isabel II, demasiado "frágil" para sacar a pasear a sus perros

Acaba de superar el coronavirus hace apenas un par de semanas, tiene 95 años y los últimos 70 cargando la corona y sentándose en el trono de Reino Unido. Este 2022 es el año del Jubileo de Platino de Isabel II, pero ello no quita para que sea hora de pensar en que las fuerzas ya no son lo que han sido y que la salud se empieza a resentir. Tanto, que ni una de sus actividades favoritas puede hacerla por la debilidad que siente.

Un postre para una reina

Sus ya conocidos problemas de movilidad se están resintiendo y comienzan a ser cada vez más acuciantes. Tanto que, hoy por hoy, le están impidiendo disfrutar a la monarca de uno de los momentos del día que más felices le hacían: poder pasear largamente con sus perros por los extensos terrenos que circundan el castillo de Windsor.

Un informante desde dentro de palacio ha confesado al diario The Sun que, a un mes de cumplir los 96 años, quienes la conocen y tratan entienden que la enfermedad le ha pasado factura y que, aunque ya esté recuperada, esa fatiga difícilmente desaparecerá, por lo que la soberana no tendrá ya nunca más esa vitalidad y fuerza para pasar tanto tiempo fuera con sus célebres corgis, que son casi parte integrante de la familia real británica, dado que ahora no se separan de ella.

"Sus corgis aún juegan un papel fundamental en la vida de palacio, pero la reina ya no está lo suficientemente bien como para sacarlos de paseo. Y es una pena, porque esa era una de las actividades que mejor conseguían reconfortarla, especialmente en tiempos de estrés o de crisis", ha afirmado la fuente.

Además, se explica que el momento de inflexión para la reina en el que dejó de sacar fuera de la casa diariamente a sus perros fue justo después de que el estado de salud de su marido, el difundo príncipe Felipe, duque de Edimburgo, empeorara poco antes de morir. Aunque tras ello lo ha hecho esporádicamente, ya no ha podido seguir siendo una costumbre para ella.